El 28 de junio de 1969 marcó un antes y un después en la historia, cimentando al colectivo LGTB como una coalición política luchando por nuestra liberación. Aquella noche fueron las famosas revueltas de Stonewall. No era la primera vez que las personas género-sexo disidentes nos rebelábamos, pero esta fecha fue decisiva para la lucha por los derechos LGTB en occidente y la seguimos recordando hasta hoy. Dicen que todo empezó con un ladrillo.
Recordamos que las mujeres trans, las personas racializadas, las bolleras masculinas, las personas pobres y gente cuya identidad cruzaba todas estas intersecciones y más, fueron las protagonistas de esta rebelión contra la autoridad represiva de la policía. Se habla mucho de quién lanzó ese supuesto primer ladrillo, mitificando a figuras como Marsha P. Johnson o Sylvia Rivera, madres del movimiento, sí, pero a quienes no debemos considerar mártires. Es importante recordar a nuestras antepasadas, pero centrarnos en el aspecto colectivo de Stonewall lo es más. Construimos nuestra lucha juntes. Esa alianza es nuestro ladrillo.
La lucha también tiene un largo recorrido histórico en Euskal Herria, donde desde finales del franquismo, la lucha por la liberación sexual ha tejido distintas alianzas y ha generado estrategias específicas para hacer frente primero a un estado patriarcal católico dictatorial y después a un estado patriarcal democrático neoliberal. Nos hemos organizado contra la Ley de vagos y maleantes, contra la ley franquista de Peligrosidad y rehabilitación social, nos hemos articulado contra la mili, contra la represión policial y el asesinato (como el caso de Francis, en Orereta, del que se cumplen 40 años) y contra la invisibilización sistemática de deseos e identidades que no se subyugaban al orden heteropatriarcal. Hemos luchado y seguiremos luchando para poder tejer espacios posibles e identitades habitables.
Pese a las raíces radicales y anticapitalistas del movimiento, el capitalismo devora y asimila incluso lo más revolucionario, y mediante el pinkwashing instrumentaliza al colectivo LGTB para fingir progresismo. El ejemplo más cercano comandado por Ortzadar y el PNV, es Bilbao Pride, una fachada institucional de apertura y tolerancia que esconde un modelo de sociedad y de ciudad excluyente, elitista y capitalista. Un turismo gayfriendly que precariza y gentrifica nuestros barrios. No en nuestro nombre.
A nivel internacional está Israel, estado genocida que aplica una política de apartheid sobre territorio palestino, emplea esta herramienta neoliberal para su lavado de cara: Es un destino turístico liberal y gay-friendly, y tras ganar el año pasado Eurovisión (a la vez que bombardeaba Gaza) este año tiene un lavado de cara musical en primetime.
El capitalismo tardío también es caldo de cultivo del fascismo, que ya es una realidad. Tanto a nivel institucional y político como en forma de “delitos de odio” cometidos por individuos, la gravedad y celeridad del asunto son evidentes para las personas que somos blancos primario del fascismo: personas judías, musulmanas y de minorías religiosas; personas racializadas, LGTB, discapacitadas, migrantes. A ojos del público los actos fascistas no aparecen sino como extravagancias anacrónicas y marginales. Trump, Bolsonaro, Salvini, Le Pen o Abascal junto con Rivera y Casado se han convertido en caricaturas a los ojos de los medios liberales. Esta falta de seriedad a la hora de tratar al fascismo, de subestimar sus capacidades de manipulación y alienación han sido herramientas esenciales en al ascenso del mismo en nuestra época. Ahora debemos enfrentarnos a sus consecuencias.
Ante la necesidad de crear espacios políticos coherentes y críticos con estas situaciones, apoyarnos mutuamente y coordinarnos para poder dar una respuesta material surge Harro! Euskal Herrietako Transmaribibollo plataforma. Una plataforma que tiene como objetivos crear redes de cuidados y trabajo entre los diferentes movimientos LGBT en Euskal Herria, conservar la memoria histórica y dar una respuesta real. La conformamos EHGAM, Hiruki Larroxa Kolektiboa, Guztiok, Ozen!, Intifada Marika, Sare Lesbianista, Iris Proiektua, Euskal Hartzak, Lumagorri y otres militantes.
Somos un ladrillo ardiendo. Un ladrillo que usaremos para destruir los muros y barreras en los que se cimientan las instituciones y el sistema que nos sigue matando. Un ladrillo que también representa la construcción de algo nuevo. Un fuego que arde gracias a la memoria y la lucha de las que ya no están. Un fuego que no dejaremos apagar.
Hemen gaude, HARRO!
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NAIZ (eus): Euskal Herriko hainbat LGTB elkartek bat egin dute ‘Harro!’ plataforma sortzeko
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